jueves, 11 de septiembre de 2014


HISTORIA DE LAS CAPEAS
Definiciones: “Fiesta en la que se lidian becerros o novillos por aficionados”; “Hacer suertes con la capa al toro”; “Entretener a uno con evasivas”; “Eludir hábilmente una dificultad, compromiso o problema”; “Mantenerse el barco cuando el viento es fuerte”; “Capear el temporal”; “Resolver o pasar de la mejor manera posible una situación complicada”.
Las capeas, fueron la forma primitiva de lidiar novillos en el coso la gente de los pueblos durante sus fiestas patronales. Se celebran, generalmente, en las plazas mayores, adecentadas con carros y maderas. Si las reses que se lidian, bien sea por aficionados o por profesionales, son menores de dos años recibe el nombre de “becerrada”. Es también típica en algunos países latinoamericanos como Colombia, donde toma el nombre de “Correlajas”.
Las antiguas fiestas campesinas de final de cosecha se han convertido en la actualidad en uno de los festejos más interesantes y animados. Todo el recorrido era acompañado por los mozos, que al estilo de los encierros de Pamplona, corrían y demostraban su valía, acompañando a las reses hasta las plazas donde se montaba la empalizada para celebrar las capeas.
El término capeas tanto denomina al conjunto de reses que se torean en la plaza como también al toreo mismo de las reses, o por antonomasia a las fiestas mayores de la población. Las capeas tienen su origen en el capeo o lidia de los bueyes y vacas que acompañaban a la plaza de la localidad a los toros de muerte: tales reses se lidiaban o capeaban antes o después de la muerte de dichos toros. Existía un ganado vacuno de huelga, es decir, apto para la diversión, cerrero o bravío, y otro de labranza. Ambos tienen la misma procedencia, pero el segundo se doma para las labores agrícolas, sin que se excluya su lidia o capeo. Cuando en tiempos relativamente recientes se dejó de sacrificar a los toros por ordenamiento superior, quedó como diversión el toreo de esas reses, que en algún lugar llaman madrinas o acompañantes de los toros como cabestros o capea: bueyes, machos y hembras o bueyes vacuelos, y vaquillas, que hasta el s. XIX pertenecieron tanto al común de los vecinos, como a diversas cofradías o a los ganaderos más pudientes de las villas. En la actualidad sólo se lidian vaquillas, pertenecientes todas a propietarios particulares agrupados en Asociaciones.
Pero mientras no se descubra otra fecha anterior que permita situar a las típicas capeas en años más lejanos, ese “tiempo inmemorial” tiene un origen muy concreto: Septiembre de 1812, en el que libres ya de la opresión francesa, se tuvo ocasión de conocer, de jurar y de vitorear a “La Pepa” (Constitución de 1812).




 HISTORIA DE LAS CAPEAS
Una vez jurada la Constitución se solía acordar que se hiciera solemne publicación de ella en la Plaza de los pueblos para conocimiento del vecindario, al que se convocaba mediante edicto, e invitando al acto a los eclesiásticos regulares y seculares de las villas y “a todos los vecinos más visibles de ella (quiere decir las más importantes personalidades) para que se presentasen a él bien vestidos permitiéndose que se hicieran regocijos de novillos y otros de pura y decente diversión, bajo el mejor orden, prohibiéndose la embriaguez y desenvoltura escandalosa”.
En concreto, Las Tientas: Las tientas (Prueba que se hace a los becerros y becerras para probar su bravura; Probar la bravura de una res brava con el fin de seleccionarla o cruzarla) se realizaban a la manera tradicional, como se realizan en la mayoría de las ganaderías andaluzas o castellanas: las becerras y los novillos se tientan a caballo, exigiendo los ganaderos a sus vacas que cumplan en exceso en el peto. La tienta, en la mayoría de los casos, es la propia capea, donde el ganadero observa las reacciones de las reses con recortadores o roscaderos, si la vaca funciona se reserva para estos menesteres y, sino se destina a correr calles en los encierros.
Posible antecedente histórico: Según se lee en diversos documentos de archivo, las Fiestas del Cristo de la Reja se celebran desde "tiempo inmemorial" . Ya en 1739 y en 1824 se tiene noticia escrita de la celebración de festejos taurinos en la plaza segureña, que se conocen como corridas de novillos, capeas, concurso de ganados, encierro de vaquillas... Según los tiempos y las circunstancias. En 1807, Carlos IV había concedido a Segura feria de ganado y sayales, aprovechando la celebración que desde tiempo inmemorial tenía lugar en la villa. En las Ordenanzas Municipales de 1877 y en las de 1930 se regulan diversos aspectos de la celebración. En el año 2000, la Junta de Extremadura concedió la denominación de Fiestas de Interés Turístico de Extremadura a las Capeas de Segura de León. Las Fiestas se celebran del 13 al 18 de Septiembre, aunque se pueden adelantar o retrasar un par de días de modo que siempre comprendan un fin de semana completo. El fin de semana previo a las capeas se celebra el homenaje a "la tranca". La tranca es una especie de horquilla de madera que en el transcurso del tiempo, se convirtió en el símbolo de la concesión anual de capeas por parte de la autoridad. Los preparativos comienzan a primeros de mes con la instalación de los tablaos y troneras y la celebración de un quinario en honor del Cristo de la Reja. Este concluye el día previo al inicio de las fiestas coincidiendo con el pregón y proclamación de Vaquera Mayor y Zagalas, desde los balcones del ayuntamiento. El día 14 se celebra solemne Función Religiosa en la iglesia del Cristo de la Reja.





Elementos fundamentales en la celebración de las capeas: El ganado cerrilque, según consta desde mediados del siglo XVI, pasta en las dehesas segureñas y que, gratuitamente, ceden los ganaderos locales, miembros de la "Asociación de Ganaderos Amigos de las Capeas", para la diversión de los asistentes a los festejos. Este ganado de "huelga" y los bueyes de labor se citan en las ordenanzas de 1602, agrupado en rebaños de veinte o veinticinco reses; que es precisamente el número de vaquillas que se torean cada tarde de capeas. La tradición maderera fundamental para la erección de la arquitectura efímera (tablaos, troneras y corralá) que sirve de tramoya a las celebraciones taurinas. La plaza, marco idóneo que acoge el desarrollo de estos festejos y otros similares desde finales de la Edad Media. Combinando estos elementos obtenemos los tres momentos claves en el festejo de cada día: La entrada: Las reses, conducidas desde la dehesa con caballos o, actualmente, en camiones, se corren a lo largo de la calles de La Fuente y Peréz Jiménez, para acabar con ellas en la plaza, donde permanecerán varias horas. Esto ocurre entorno a las tres de la tarde, nunca antes, pero sin una hora fija. El encierro: En cuanto el reloj del ayuntamiento da las 6 de la tarde, y al grito de "a encerrar que se va la tarde", se llevan a la "corralá", ubicada en la calle Castillo, de donde irán saliendo una a una para ser toreadas en lo que propiamente se entiende por capea. La capea: Se diferencia esta tradición de la de otros lugares por el respeto al ganado, tal y como contemplan las Ordenanzas Municipales de 1877, que prohiben causar daño a las reses con palos o cualquier otro medio; las vacas han de volver íntegras a su lugar de pastoraje. Las mismas Ordenanzas prohibían estar en la plaza a las mujeres y a los varones menores de doce años. Una vez que se termina de torear una vaca es devuelta por la calle Perez Jimenez por donde se dirigirá hacia el "Pilarito", donde se agruparan las reses para ser devueltas al campo.
La celebración de la capea: Es un espacio corto en metros, pero larguísimo en emociones, por los tropiezos, revolcones, alcances, que se rematan y magnifican cuando alguna vaquilla, ya en la plaza, embiste a los espectadores que tratan de refugiarse en la tronera próxima. Caballos, vacas y mozos, se ofrecen al galope en revoltijo a los espectadores que llenan tablados, balcones, troneras desde momentos antes de la entrada. Es la primera gran ovación de la jornada a vaqueros, corredores y reses que permanecerán en manada en la plaza hasta la hora de encerrarlas. Consumado el primer acto del festejo, llega la hora de la copa y el amigo, de compartir la rica gastronomía local basada sobre todo en los productos de la tierra.









FESTEJOS TAURINOS EN ESPAÑA Entre los cientos de festejos populares que se celebran en nuestro país, destacan por su importancia y reconocimiento los siguientes:toro, ensogado-Toros ensogados o enmaromados: Se celebra en el mes de junio en Benavente (Zamora), con la llegada del Corpus; declarada de Interés Turístico Regional; y también en diferentes pueblos de Andalucía, como Grazalema y Benaocaz en Cádiz.  toros, san juan   -Toros de San Juan: Comienza el día de San Juan (Junio) y dura toda la semana. Se sueltan cada día toros que recorren las calles de Coria, en Cáceres.      toros, espante -Espantes de Fuentesaúco: Se celebran durante el mes de junio o junio (depende el año en concreto) en Fuentesaúco y varios pueblos más de la comarca del río Guareña (suelta de novillos por el campo).       toros al mar, toros   -Bous a la Mar: Se celebran en Denia y otros pueblos de Alicante. Se instala media plaza portátil frente al mar. En esta fiesta taurina los novillos o vaquillas se tiran al agua persiguiendo a los mozos.     -Toro de la Vega:Se celebra en Tordesillas (Valladolid) con motivo de la Virgen de la Peña. Suelta de un toro por el campo. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. toro de la vega encierros, campo, toros -Encierros por el campo: Celebrados en todo el territorio peninsular, pero destacan los de la provincia de Guadalajara, en pueblos como Brihuega, Sacedón, Mondejar, Ciruelos…      toro embolado, toros -Toros embolaos: Se celebran en más de 130 pueblos de la Comunidad Valenciana, en especial de la comunidad de Castellón, así como en Teruel, Tarragona y varios pueblos de la comarca catalana del Delta del Ebro. En la provincia de Cáceres destaca el toro embolao del municipio de Casillas de Coria, celebrándose a principio del mes de septiembre.  El toro embolao más famoso es el de Medinaceli (Soria). Especial mención a “El Niño de la Capea”:
Pedro Gutiérrez Moya, llamado Niño de la Capea, es un torero español, nacido e n Salamanca el 17 de septiembre de 1952, en el Barrio de Chamberí. Durante su infancia fue alumno de la Escuela Taurina "La Capea", de donde toma apodo por su juventud. Comienza su carrera en la tauromaquia a muy corta edad, vistiendo su primer traje de luces el 3 de mayo de 1969, en Salamanca, a la edad de 17 años y debutando con caballos el 17 de julio de 1970 cortando 2 orejas. Manifestó en numerosas ocasiones su admiración por Paco Camino, de quien recibe la alternativa el 19 de junio de 1972 en Bilbao teniendo como testigo a Francisco Rivera “Paquirri” cortando 2 orejas y saliendo por la puerta grande. El toro de la ceremonia se llamaba: "Mireto" de Lisardo Sánchez Realiza su confirmación en Las Ventas el 21 de junio de 1974 apadrinado por Palomo Linares repitiendo "Paquirri" como testigo.Ha salido 5 veces por la Puerta Grande de Las Ventas(años:74,75,79,85 y 88). En Las Ventas ha cortado un total de 23 orejas. Ha tenido una muy exitosa carrera tanto en plazas europeas como americanas, siendo líder en la estadística en España en las temporadas de 1973 con 84 corridas, 1975 con 92 corridas, 1976 con 86 corridas, 1978 con 80 corridas, 1979 con 76 corridas y 1981 con 68 corridas. Mantuvo una rivalidad taurina muy notoria con José Mari Manzanares, como asimismo con su paisano Julio Robles. La afición de Salamanca estaba dividida. Ha toreado cerca de 1800 corridas. Por su prestigio y reconocimiento fue nombrado Presidente de la Asociación de Matadores, Novilleros y Rejoneadores de España en 1982 Después de su retiro como matador activo (si bien participa en ocasiones en festejos y festivales) se ha dedicado profesionalmente a la cría del ganado de lidia. Ha sido un torero valeroso, mandón, con buen sentido del temple,luchador, con carácter, con ambición y gran muletero. Tiene un hijo torero: "EL CAPEA".www.nuestracapea.es





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