HISTORIA DE LAS
CAPEAS
Definiciones: “Fiesta
en la que se lidian becerros o novillos por aficionados”; “Hacer suertes con la
capa al toro”; “Entretener a uno con evasivas”; “Eludir hábilmente una
dificultad, compromiso o problema”; “Mantenerse el barco cuando el viento es
fuerte”; “Capear el temporal”; “Resolver o pasar de la mejor manera posible una
situación complicada”.
Las capeas, fueron la
forma primitiva de lidiar novillos en el coso la gente de los pueblos durante
sus fiestas patronales. Se celebran, generalmente, en las plazas mayores,
adecentadas con carros y maderas. Si las reses que se lidian, bien sea por
aficionados o por profesionales, son menores de dos años recibe el nombre de
“becerrada”. Es también típica en algunos países latinoamericanos como
Colombia, donde toma el nombre de “Correlajas”.
Las antiguas fiestas
campesinas de final de cosecha se han convertido en la actualidad en uno de los
festejos más interesantes y animados. Todo el recorrido era acompañado por los
mozos, que al estilo de los encierros de Pamplona, corrían y demostraban su
valía, acompañando a las reses hasta las plazas donde se montaba la empalizada
para celebrar las capeas.
El término capeas
tanto denomina al conjunto de reses que se torean en la plaza como también al
toreo mismo de las reses, o por antonomasia a las fiestas mayores de la
población. Las capeas tienen su origen en el capeo o lidia de los bueyes y
vacas que acompañaban a la plaza de la localidad a los toros de muerte: tales
reses se lidiaban o capeaban antes o después de la muerte de dichos toros.
Existía un ganado vacuno de huelga, es decir, apto para la diversión, cerrero o
bravío, y otro de labranza. Ambos tienen la misma procedencia, pero el segundo
se doma para las labores agrícolas, sin que se excluya su lidia o capeo. Cuando
en tiempos relativamente recientes se dejó de sacrificar a los toros por
ordenamiento superior, quedó como diversión el toreo de esas reses, que en
algún lugar llaman madrinas o acompañantes de los toros como cabestros o capea:
bueyes, machos y hembras o bueyes vacuelos, y vaquillas, que hasta el s. XIX
pertenecieron tanto al común de los vecinos, como a diversas cofradías o a los
ganaderos más pudientes de las villas. En la actualidad sólo se lidian
vaquillas, pertenecientes todas a propietarios particulares agrupados en
Asociaciones.
Pero mientras no se
descubra otra fecha anterior que permita situar a las típicas capeas en años
más lejanos, ese “tiempo inmemorial” tiene un origen muy concreto: Septiembre
de 1812, en el que libres ya de la opresión francesa, se tuvo ocasión de
conocer, de jurar y de vitorear a “La Pepa” (Constitución de 1812).
HISTORIA DE LAS CAPEAS
Una vez jurada la
Constitución se solía acordar que se hiciera solemne publicación de ella en la
Plaza de los pueblos para conocimiento del vecindario, al que se convocaba
mediante edicto, e invitando al acto a los eclesiásticos regulares y seculares
de las villas y “a todos los vecinos más visibles de ella (quiere decir las más
importantes personalidades) para que se presentasen a él bien vestidos
permitiéndose que se hicieran regocijos de novillos y otros de pura y decente
diversión, bajo el mejor orden, prohibiéndose la embriaguez y desenvoltura
escandalosa”.
En concreto, Las
Tientas: Las tientas (Prueba que se hace a los becerros y becerras para probar
su bravura; Probar la bravura de una res brava con el fin de seleccionarla o
cruzarla) se realizaban a la manera tradicional, como se realizan en la mayoría
de las ganaderías andaluzas o castellanas: las becerras y los novillos se
tientan a caballo, exigiendo los ganaderos a sus vacas que cumplan en exceso en
el peto. La tienta, en la mayoría de los casos, es la propia capea, donde el
ganadero observa las reacciones de las reses con recortadores o roscaderos, si
la vaca funciona se reserva para estos menesteres y, sino se destina a correr
calles en los encierros.
Posible antecedente
histórico: Según se lee en diversos documentos de archivo, las Fiestas del
Cristo de la Reja se celebran desde "tiempo inmemorial" . Ya en 1739
y en 1824 se tiene noticia escrita de la celebración de festejos taurinos en la
plaza segureña, que se conocen como corridas de novillos, capeas, concurso de
ganados, encierro de vaquillas... Según los tiempos y las circunstancias. En
1807, Carlos IV había concedido a Segura feria de ganado y sayales,
aprovechando la celebración que desde tiempo inmemorial tenía lugar en la
villa. En las Ordenanzas Municipales de 1877 y en las de 1930 se regulan
diversos aspectos de la celebración. En el año 2000, la Junta de Extremadura
concedió la denominación de Fiestas de Interés Turístico de Extremadura a las
Capeas de Segura de León. Las Fiestas se celebran del 13 al 18 de Septiembre,
aunque se pueden adelantar o retrasar un par de días de modo que siempre
comprendan un fin de semana completo. El fin de semana previo a las capeas se
celebra el homenaje a "la tranca". La tranca es una especie de
horquilla de madera que en el transcurso del tiempo, se convirtió en el símbolo
de la concesión anual de capeas por parte de la autoridad. Los preparativos
comienzan a primeros de mes con la instalación de los tablaos y troneras y la
celebración de un quinario en honor del Cristo de la Reja. Este concluye el día
previo al inicio de las fiestas coincidiendo con el pregón y proclamación de
Vaquera Mayor y Zagalas, desde los balcones del ayuntamiento. El día 14 se
celebra solemne Función Religiosa en la iglesia del Cristo de la Reja.
Elementos
fundamentales en la celebración de las capeas: El ganado cerrilque, según
consta desde mediados del siglo XVI, pasta en las dehesas segureñas y que,
gratuitamente, ceden los ganaderos locales, miembros de la "Asociación de
Ganaderos Amigos de las Capeas", para la diversión de los asistentes a los
festejos. Este ganado de "huelga" y los bueyes de labor se citan en
las ordenanzas de 1602, agrupado en rebaños de veinte o veinticinco reses; que
es precisamente el número de vaquillas que se torean cada tarde de capeas. La
tradición maderera fundamental para la erección de la arquitectura efímera
(tablaos, troneras y corralá) que sirve de tramoya a las celebraciones
taurinas. La plaza, marco idóneo que acoge el desarrollo de estos festejos y
otros similares desde finales de la Edad Media. Combinando estos elementos
obtenemos los tres momentos claves en el festejo de cada día: La entrada: Las
reses, conducidas desde la dehesa con caballos o, actualmente, en camiones, se
corren a lo largo de la calles de La Fuente y Peréz Jiménez, para acabar con
ellas en la plaza, donde permanecerán varias horas. Esto ocurre entorno a las
tres de la tarde, nunca antes, pero sin una hora fija. El encierro: En cuanto
el reloj del ayuntamiento da las 6 de la tarde, y al grito de "a encerrar
que se va la tarde", se llevan a la "corralá", ubicada en la
calle Castillo, de donde irán saliendo una a una para ser toreadas en lo que
propiamente se entiende por capea. La capea: Se diferencia esta tradición de la
de otros lugares por el respeto al ganado, tal y como contemplan las Ordenanzas
Municipales de 1877, que prohiben causar daño a las reses con palos o cualquier
otro medio; las vacas han de volver íntegras a su lugar de pastoraje. Las
mismas Ordenanzas prohibían estar en la plaza a las mujeres y a los varones
menores de doce años. Una vez que se termina de torear una vaca es devuelta por
la calle Perez Jimenez por donde se dirigirá hacia el "Pilarito",
donde se agruparan las reses para ser devueltas al campo.
La celebración de la
capea: Es un espacio corto en metros, pero larguísimo en emociones, por los
tropiezos, revolcones, alcances, que se rematan y magnifican cuando alguna
vaquilla, ya en la plaza, embiste a los espectadores que tratan de refugiarse
en la tronera próxima. Caballos, vacas y mozos, se ofrecen al galope en
revoltijo a los espectadores que llenan tablados, balcones, troneras desde momentos
antes de la entrada. Es la primera gran ovación de la jornada a vaqueros,
corredores y reses que permanecerán en manada en la plaza hasta la hora de
encerrarlas. Consumado el primer acto del festejo, llega la hora de la copa y
el amigo, de compartir la rica gastronomía local basada sobre todo en los
productos de la tierra.
FESTEJOS TAURINOS EN
ESPAÑA Entre los cientos de festejos populares que se celebran en nuestro país,
destacan por su importancia y reconocimiento los siguientes:toro,
ensogado-Toros ensogados o enmaromados: Se celebra en el mes de junio en
Benavente (Zamora), con la llegada del Corpus; declarada de Interés Turístico
Regional; y también en diferentes pueblos de Andalucía, como Grazalema y
Benaocaz en Cádiz. toros, san juan -Toros de San Juan: Comienza el día de San
Juan (Junio) y dura toda la semana. Se sueltan cada día toros que recorren las
calles de Coria, en Cáceres. toros,
espante -Espantes de Fuentesaúco: Se celebran durante el mes de junio o junio
(depende el año en concreto) en Fuentesaúco y varios pueblos más de la comarca
del río Guareña (suelta de novillos por el campo). toros al mar, toros -Bous a la Mar: Se celebran en Denia y otros
pueblos de Alicante. Se instala media plaza portátil frente al mar. En esta
fiesta taurina los novillos o vaquillas se tiran al agua persiguiendo a los
mozos. -Toro de la Vega:Se celebra en
Tordesillas (Valladolid) con motivo de la Virgen de la Peña. Suelta de un toro
por el campo. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. toro de la vega
encierros, campo, toros -Encierros por el campo: Celebrados en todo el
territorio peninsular, pero destacan los de la provincia de Guadalajara, en
pueblos como Brihuega, Sacedón, Mondejar, Ciruelos… toro embolado, toros -Toros embolaos: Se
celebran en más de 130 pueblos de la Comunidad Valenciana, en especial de la
comunidad de Castellón, así como en Teruel, Tarragona y varios pueblos de la
comarca catalana del Delta del Ebro. En la provincia de Cáceres destaca el toro
embolao del municipio de Casillas de Coria, celebrándose a principio del mes de
septiembre. El toro embolao más famoso
es el de Medinaceli (Soria). Especial mención a “El Niño de la Capea”:
Pedro Gutiérrez Moya,
llamado Niño de la Capea, es un torero español, nacido e n Salamanca el 17 de
septiembre de 1952, en el Barrio de Chamberí. Durante su infancia fue alumno de
la Escuela Taurina "La Capea", de donde toma apodo por su juventud.
Comienza su carrera en la tauromaquia a muy corta edad, vistiendo su primer
traje de luces el 3 de mayo de 1969, en Salamanca, a la edad de 17 años y
debutando con caballos el 17 de julio de 1970 cortando 2 orejas. Manifestó en
numerosas ocasiones su admiración por Paco Camino, de quien recibe la
alternativa el 19 de junio de 1972 en Bilbao teniendo como testigo a Francisco
Rivera “Paquirri” cortando 2 orejas y saliendo por la puerta grande. El toro de
la ceremonia se llamaba: "Mireto" de Lisardo Sánchez Realiza su
confirmación en Las Ventas el 21 de junio de 1974 apadrinado por Palomo Linares
repitiendo "Paquirri" como testigo.Ha salido 5 veces por la Puerta
Grande de Las Ventas(años:74,75,79,85 y 88). En Las Ventas ha cortado un total
de 23 orejas. Ha tenido una muy exitosa carrera tanto en plazas europeas como
americanas, siendo líder en la estadística en España en las temporadas de 1973
con 84 corridas, 1975 con 92 corridas, 1976 con 86 corridas, 1978 con 80
corridas, 1979 con 76 corridas y 1981 con 68 corridas. Mantuvo una rivalidad
taurina muy notoria con José Mari Manzanares, como asimismo con su paisano
Julio Robles. La afición de Salamanca estaba dividida. Ha toreado cerca de 1800
corridas. Por su prestigio y reconocimiento fue nombrado Presidente de la
Asociación de Matadores, Novilleros y Rejoneadores de España en 1982 Después de
su retiro como matador activo (si bien participa en ocasiones en festejos y
festivales) se ha dedicado profesionalmente a la cría del ganado de lidia. Ha
sido un torero valeroso, mandón, con buen sentido del temple,luchador, con
carácter, con ambición y gran muletero. Tiene un hijo torero: "EL
CAPEA".www.nuestracapea.es